Si eres un amante de esta singular familia botánica, seguro que alguna vez te has preguntado cómo trasplantar suculentas. Algo que, a pesar de lo que puede parecer a simple vista, resulta mucho más sencillo de lo que parece con unas pautas sencillas y necesarias. Y decimos necesarias porque las suculentas, una vez arraigadas, no solo son de crecimiento rápido sino que, además, son propensas a ponernos en bandeja el poder reproducirlas.
Más allá de estos hijuelos que les pueden salir a nuestras suculentas (no son más que nuevas plantas y, además, es recomendable que tengan su propia maceta para evitar que le quiten fuerza a la planta madre), lo cierto es que todas las plantas de esta familia (cactus incluidos) agradecen un cambio de maceta a una de mayores dimensiones cada dos o tres años.